jueves, 3 de octubre de 2013

DIOS EN LA FILOSOFÍA DE AUGUSTO COMTE


DIOS EN LA FILOSOFÍA DE AUGUSTO COMTE


 El tema de Dios y de las religiones se encuentra tratado directamente por Comte en el  Systéme de politique positive au Traité de sociologie instituant la religion de l¨Humanité : Sistema positivo o Tratado de sociología instituyendo la religión de la humanidad; ( 4 vols , París 1851-1854), que forma la segunda parte de su pensamiento.
            El estilo literario de un romanticísmo místico religioso que emplea en esta obra, ha hecho pensar a muchos,  entre ellos   Littré y Stuart Mill, que este pensamiento supone un alejamiento  total de lo que fue su pensamiento primero, sin  embargo  nada más lejos de la realidad  pues Comte, que sigue manteniendo y reafirmando todas sus doctrinas anteriores ,  piensa y busca en esta segunda parte un fundamento de la primera pues sólo una experiencia religiosa sinceramente vivida  crea y mantiene los vínculos sociales , refuerza la moral , frenando los instintos y promoviendo la vida solidaria,  que es el punto de partida de todo el pensamiento comtiano.
             Comte busca la regeneración universal de una sociedad y, especialmente la europea, que ha caído en la anarquía y el desorden por la revolución y necesita un sistema de conocimientos y normas comparables al elaborado por el pensamiento cristiano para la sociedad medieval , no válida para el estado  positivo ,porque esa fe ha sido eliminada  por el progreso de las ciencias .
            Dice a este respecto Comte: ” Desde la edad de catorce años , apenas salido del Liceo, había experimentado la necesidad fundamental de una regeneración universal al mismo tiempo política y filosófica“(Cours de Philosophie positive Pref. p. VI )
            Dios queda eliminado del sistema de Comte, así como todas las religiones  propias del primer estado, al que sigue el estado metafísico para terminar en el estado positivo.
            La primera obra de Comte lleva este título : Plan de travaux scientifiques pour la réorganisation de la societé . ( 1822).
 b)  La religión de la humanidad.
 Como  se ha dicho anteriormente, Dios queda  eliminado en el sistema de Comte, éste no se declara ateo abiertamente , e incluso combate el ateismo, pero sustituye la idea de Dios , según afirma,  cargada de ” oscuros prejuicios retrógrados”  por la idea del Gran Ser  o de la Humanidad :” La gran concepción de la humanidad … elimina irrevocablemente la de Dios”Systeme de positive I , p. 335)” El Dios cristiano llegará a ser cada vez más un  vago símbolo de la humanidad.”  Catecismo positivista pag. 138  trad. esp.A. Zoraya , III ( Madrid 1899).
            El Gran Ser está integradopor todos los seres humanos que han existido y existen  que en su totalidad forman la Humanidad que se perpetua a través de la generación biológica;  me viene a este respecto a la memoria la idea expresada en el musical  del Rey León cuyo hijo escucha una y otra vez:tu padre vive en tí, tu padre vive en tí, y que incluye todos los elementos de la historia humana de sus civilizaciones, de sus descubrimientos que perviven en cada etapa histórica de la humanidad  “El Gran  Ser constituye necesariamente el mejor tipo de unidad, superior incluso a toda existencia real.” ” La existencia del Gran Ser reposa sobre la subordinación continua de la población objetiva presente,  con la doble población subjetiva pasada y futura” ( Sistéme de politique positive IV)
            También todos los seres vivientes y aún los inorgánicos tienden a formar una unidad fundamental similar a la de la Humanidad tendencia que acaba por realizarse en la especie superior que es el hombre: .”" No se puede concebir la Constitución del Gran Ser sino combinando nuestra especie con todas las razas susceptibles de adoptar la común divisa: Vivir para otro”. ( Ibidem I y VI).
            Estas ideas nos llevan a pensar en la idea romántica y hegeliana de la realidad como revelación progresiva de un principio infinito que obtiene su manifestación consciente  en la humanidad, y también en la concepción de la Humanidad de Feurbach.
            Comte  continua configurando la nueva religión universal al determinar sus sacerdotes, los lugares de culto, las fiestas anuales, los sacramentos sociales… como una imitación del culto católico.

BIOGRAFIA



AUGUSTE COMTE

(1798 - 1857)





1) Isidoro Augusto María Francisco Javier Comte nació en Montpellier, Francia, el día 19 de enero de 1798 y falleció en París el día 5 de Septiembre de 1857. Es considerado el creador del positivismo y de la disciplina de la sociología, aunque sobre esto existe discrepancia, puesto que algunos profesionales sólo le atribuyen el mérito de acuñar el término para esta nueva ciencia, que en principio llamó Física Social, nombre que tuvo que cambiar ya que Quetelet, fundador de la Sociología Matemática, lo había usado anteriormente.





2.- En 1818 se convirtió en secretario e hijo adoptivo de Claude Henri Sain-Simón, filosofo de 38 años mayor que Comte. 




3.- En 1824 se separaron por que Comte. Pensaba que Saint-Simón no daba suficiente crédito a sus ideas.

4.- Comte. Solía reconocer su deuda con Sain-Simón y cito textualmente “Ciertamente, le debo mucho intelectual mente contribuyo poderosamente a que me orientara en una dirección filosófica que no he abandonado y que mantendré sin lugar a dudas toda mi vida”.

5.-En 1826 planifico un curso integrado por sesenta y dos lecciones públicas sobre su filosofía de la vida.

6.- En 1827 intento suicidarse arrojándose al rio Sena.



7.-Logro un pequeño trabajo como lector en 1832.

8.- 1837 obtuvo el puesto de examinador para la admisión en la escuela y en este empleo sus ingresos eran ya mas altos.

9.-1842 trabajo en los 6 volúmenes de su obra mas conocida Cursos de Filosofía Positiva (COURS DE PHILOSOPHIE POSITIVE).En ella exponía una perspectiva según la cual la sociología constituía la ciencia ultima.


10.-En 1851 termino los cuatro volúmenes de su obra Sistema de Política Positiva (SYSTEME DE POLITIQUE POSITIVE) y que hablaba de un esfuerzo mas practico para la reorganización de la sociedad.




LEY DE LOS TRES ESTADOS


LEY DE LOS TRES ESTADOS

Según la ley de la evolución intelectual de la Humanidad o ley de los tres estados, todas nuestras especulaciones, cualesquiera que sean, tienen que pasar sucesiva e inevitablemente, lo mismo en el individuo que en la especie, por tres estados teóricos diferentes, que as denominaciones habituales de teológico, metafísico y positivo podrán calificar aquí suficientemente, al menos para aquellos que hallan entendido bien el verdadero sentido general de las mismas. El primer estado aunque indispensable por lo pronto en todos los aspectos, debe ser concebido luego como puramente provisional y preparatorio; el segundo, que no constituye en realidad mas que una modificación disolvente del primero, no tiene nuca más que un simple destino transitorio para conducir gradualmente al tercero; es en este, único plenamente normal, donde radica, en todos los géneros, el régimen definitivo de la razón humana.

Primer estado: Estado teológico o ficticio.
En su primera fase, necesariamente teológica, todas nuestras especulaciones manifiestan espontáneamente una predilección característica por las cuestiones más insolubles, por los temas más inaccesibles a oda investigación decisiva. Por un contraste que en nuestros días debe parecer a primera vista explicable, pero que en el fondo está entonces en plena armonía con la verdadera situación inicial de nuestra inteligencia, en un tiempo en que la inteligencia humana está todavía por debajo de los más sencillos problemas científicos, busca el origen de todas las cosas, las causas esenciales, de los diversos fenómenos que la impresionan, y su modo fundamental de producción: en una palabra los conocimientos absolutos. Esta necesidad primitiva se ve naturalmente satisfecha, hasta donde lo exige situación tal, por toda clase de fenómenos a los que nosotros mismos producidos y que, comienzan por parecernos bastantes conocidos, según la intuición inmediata que los acompaña. Para comprender bien el espíritu puramente teológico, es indispensable echar una ojeada verdaderamente filosófica al conjunto de su marcha natural, a fin de poder apreciar su fundamental identidad bajo las tres formas principales que le son sucesivamente propias.
La más inmediata y la más pronunciada, constituye el fetichismo propiamente dicho, consistente en atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida esencialmente análoga a la nuestra pero, casi siempre más enérgica, por su acción generalmente más poderosa. La adoración de los astros caracteriza el grado más elevado de esta primera fase teológica, que difiere, apenas del estado mental en que se quedan los animales superiores.
En su segunda fase esencial, que constituye el verdadero politeísmo, representa netamente la libre preponderancia especulativa de la imaginación. La filosofía inicial experimenta aquí la más profunda transformación que pueda registrarse en el conjunto de su destino real, en el destino que al fin, se retira la vida a los objetos a materiales, para ser misteriosamente trasladada a diversos seres ficticios, habitualmente invisibles, cuya activa y continua intervención pasa a ser la fuente directa de todos los fenómenos exteriores, e incluso, luego de los fenómenos humanos. La mayoría de nuestra especie no ha salido, aún de este estado que persiste hoy en la más numerosa de las tres razas, además en la parte adelantada de la raza negra y la atrasada de la raza blanca.
En la tercera fase teológica, el monoteísmo comienza la inevitable declinación de la filosofía, que sufre desde entonces, una rápida decadencia intelectual por una consecuencia espontánea de esa simplificación característica, en la que la razón viene a restringir cada vez más el dominio anterior de la imaginación, dejando gradualmente desarrollarse el sentimiento universal, de la sujeción necesaria de todos los fenómenos naturales a leyes invariables. Los más eminentes pensadores pueden comprobar su propia disposición natural al más ingenuo fetichismo, cuando las leyes reales se encuentran momentáneamente combinada con alguna pasión acentuada.

Segundo Estado: Estado metafísico o abstracto.
La metafísica trata de explicar la naturaleza íntima de los seres, el origen y el destino de todas las cosas, el modo esencial de producción de todos los fenómenos, pero en lugar de operar con los agentes sobrenaturales, los reemplaza cada vez más por esas entidades o abstracciones personificadas cuyo uso, verdaderamente característico, ha permitido a menudo designarla con el término ontología. Hoy es fácil examinar tal manera de pensar, que todavía para los fenómenos complicados, presenta continuamente, hasta en las teorías más simples y menos atrasadas, tantas huellas apreciables de un largo dominio. La eficacia histórica de estas entidades resulta directamente del carácter equívoco, ya que en cada uno de estos seres metafísicos, el espíritu puede a voluntad, ver una verdadera emanación del poder sobrenatural, o bien una simple denominación abstracta del fenómeno considerado. Entonces ya no es la pura imaginación la que domina, sino que interviene en gran medida el razonamiento y se prepara confusamente al ejercicio verdaderamente científico.
Para comprender mejor, la eficacia histórica de los aparatos filosóficos, conviene reconocer que por su naturaleza, solo es espontáneamente capaz de una simple actividad crítica o disolvente, incluso mental, y con mayor razón social, sin que pueda nunca organizar nada que le sea propio.
La metafísica no es mas que una especie de teología gradualmente debilitada por simplificaciones disolventes que le quitan espontáneamente el poder directo de impedir el desarrollo especial de las concepciones positivas, aunque dejándole la actitud provisional para mantener un cierto ejercicio indispensable del espíritu de generalización, hasta que pueda por fin recibir mejor sustento. Por su carácter contradictorio, el régimen metafísico u ontológico se encuentra siempre en esa inevitable alternativa de tender a una vana restauración del estado teológico para satisfacer las condiciones del orden, o impulsar a una situación puramente negativa a fin de librarse del dominio opresor de la teología. Esta oscilación necesaria, existió incluso en lo relativo a los más simples, mientras duró su edad metafísica, en virtud de la impotencia orgánica propia siempre de semejante manera de filosofar. Puede considerarse, finalmente el estado metafísico como una especie de enfermedad crónica inherente por naturaleza a nuestra evolución mental, individual o colectiva, entra la infancia y la virilidad.
Como las especulaciones históricas no se remontan casi nunca, en los moderno, el espíritu metafísico debe parecer casi tan antiguo como el espíritu teológico, puesto que ha prendido necesariamente, la transformación primitiva del fetichismo en politeísmo, a fin de suplir ya la actividad puramente sobrenatural que, retirada así directamente de cada cuerpo particular, debía dejar espontáneamente en su lugar alguna entidad correspondiente. No obstante, como esta primera revolución teológica no pudo dar lugar a ninguna verdadera discusión, la intervención continua del espíritu ontológico no comenzó a devenir plenamente característica hasta la revolución siguiente por l reducción del politeísmo al monoteísmo, cuyo órgano natural hubo de ser. Durante los últimos cinco siglos el espíritu metafísico ha secundado negativamente el desarrollo fundamental de nuestra filosofía moderna, descomponiendo poco a poco el sistema teológico que se había hecho finalmente retrogrado, desde que a finales de la Edad Media, quedó esencialmente agotada la eficacia social dl régimen monoteísta. Desgraciadamente, la acción excesivamente prolongada de las concepciones ontológicas, después de haber cumplido en cada género ese cometido indispensable pero transitorio, hubo de tender a impedir también cualquier otra especulación real del sistema especulativo, de suerte que el obstáculo más peligroso para la instauración final de una verdadera filosofía proviene hoy, en realidad, en ese mismo espíritu que con frecuencia se abroga todavía el privilegio casi exclusivo de las meditaciones filosóficas.

Tercer Estado: Estado positivo o real.
1er. Carácter principal: La ley o subordinación constante de la imaginación a la observación.
Esta larga sucesión de preámbulos necesarios conduce al fin nuestra inteligencia, gradualmente emancipada, a su estado definitivo de positividad racional, que debe quedar aquí caracterizada de una manera más especial que los dos estados preliminares. Una vez que tales ejercicios preparatorios han comprobado la inanidad radical de las explicaciones vagas y arbitrarias propias de la filosofía inicial, sea teológica, sea metafísica, el espíritu humano renuncia en lo sucesivo a las indagaciones absolutas que no convenían más que a su infancia, y circunscribe sus esfuerzos al dominio, a partir de entonces, rápidamente progresivo, de la verdadera observación, única base posible de los conocimientos verdaderamente accesibles, razonablemente adaptados a nuestras necesidades reales. La lógica especulativa había consistido entonces en razonar sobre principios confusos, que careciendo de toda prueba suficiente, suscitaban siempre debates sin fin. En lo sucesivo la lógica reconoce como regla fundamental que toda proposición que no es estrictamente reducible al simple enunciado de un hecho, particular o general, no puede tener ningún sentido real o inteligible. Los principios mismos que emplea no son a su vez más que verdaderos hechos, solo que más generales y abstractos que aquellos a los que deben servir de vínculo.
La revolución fundamental que caracteriza la virilidad de nuestra existencia consiste esencialmente en sustituir en todo lo inaccesible la determinación de las causas propiamente dichas, por la simple averiguación de las leyes, o sea, de las relaciones constantes que existen entre los fenómenos observados. Trátense de los menores o de los más sublimes efectos del choque y del peso, lo mismo que del pensamiento y de la moralidad, nosotros no podemos conocer verdaderamente más que las diversas relaciones mutuas propias de su conocimiento, sin penetrar nunca en el misterio de su producción.

EL POSITIVISMO DE AUGUSTO COMTE


EL POSITIVISMO DE AUGUSTO COMTE



La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al período post-revolucionario.

El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo. desechando la búsqueda de propiedades ocultas características de los primeros estados.Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún absoluto.


Tiene como fundador a Augusto Comte. El positivismo es el movimiento intelectual predominante en la segunda mitad del siglo XIX, cuyas raíces pueden perseguirse claramente hasta Kant y la Ilustración, y con menos nitidez, hasta Descartes Y Bacón, y cuyas ramificaciones penetran en nuestra centuria y se extienden todavía por ciertos sectores del ámbito filosófico de nuestros días. Esta considera que la clave para lograr la reforma social de la humanidad está en la ciencia, que en su dimensión teórica constituye la única fuente segura de conocimiento y en su dimensión práctica muestra su utilidad por medio de la técnica.

Inicios punto de partida del Positivismo.
Comte, siguiendo la dirección marcada por Saint Simón, presenta el positivismo como el camino que lleva a construir la ciencia como fundamento de un nuevo orden social unitario. En este sentido, el positivismo acompaña y fomenta la consolidación de la naciente organización técnico-industrial de la sociedad, fundada y acondicionada por el desarrollo de la ciencia, recoge y alienta la exaltación optimista y las esperanzas que ha provocado en el hombre moderno, que cree hallar en ella la garantía infalible de su propio destino.
Por eso, cuando en el Ensayo de un sistema de política positiva explica por qué la política debe convertirse en positiva, una vez que todas las ciencias particulares lo han hecho y que el sistema social precursor ha llegado a su última época, establece que la política científica debe imponerse de modo natural, por constituir la única revolución que puede hacer intervenir en la gran crisis actual una fuerza capaz de arreglarla y preservar a la sociedad de las explosiones terribles y anárquicas que la amenazan. Para lograrlo convoca a todos los sabios de Europa para que emitan su opinión acerca de un sistema de observaciones históricas sobre la marcha general del espíritu humano, la fundación de un sistema completo de educación positiva conveniente a la sociedad regenerada y la acción colectiva que puede ejercerse sobre la naturaleza para modificarla en beneficio propio. Se trata de imponer acorde con los tiempos, el saber positivo a todos los hombres y en todos los campos.
Principios básicos del positivismo
El positivismo se fundamenta en tres principios básicos:
  • El fenomenalismo: no existe diferencia entre apariencia y esencia.
  • El nominalismo: los objetos singulares son los referentes últimos de cualquier conocimiento.
  • La ciencia única: la aspiración máxima de la filosofía es la unidad fundamental de la ciencia.
Esto da como resultado:
  • Una filosofía de la historia que muestra por qué la filosofía positiva debe imperar en el futuro.
  • Una fundamentación y clasificación de la ciencia asentada en esa filosofía positiva.
  • Una sociología o doctrina de la sociedad que, al determinar su estructura esencial, permite pasar a su reforma práctica.
Filosofía Positiva
Comte define la filosofía como la doctrina general de los conocimientos humanos, sin embargo al añadirle el calificativo positiva, identifica el conocimiento humano con los conocimientos aportados por las ciencias, puesto que un saber que no se funde en hechos observados es pura ficción y engaño. La Filosofía Positiva consiste en la sistematización enciclopédica del saber positivo. Como doctrina es un saber universal que sintetiza todas las ciencias y como método se aplica a cualquier conocimiento que proceda de la observación empírica y de la elaboración de sus datos por la razón. También consiste en considerar todos los fenómenos como sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y la posterior reducción al menor número posible constituyen la finalidad de nuestros esfuerzos. Esta considera como absolutamente inaccesible y vacía de sentido la búsqueda de lo que llaman causas, sean estas primeras o finales.
En las explicaciones positivas no se tiene el más mínimo interés de exponer cuales son las causas generadoras de los fenómenos, ya que esto retrasaría la dificultas, en cambio, pretender analizar con exactitud las circunstancias de su producción y coordinar unos fenómenos con otros, mediante relaciones normales de sucesión y de similitud.
La filosofía positiva trata de considerar cada ciencia fundamental en sus relaciones con el sistema positivo entero, y con el espíritu que las caracteriza, es decir, bajo el doble aspecto de sus métodos esenciales y de sus principales resultados.



APORTES A LA SOCIOLOGIA


APORTES DE AUGUSTO COMTE A LA SOCIOLOGÍA


Comte incorpora a su discurso la idea de la evolución y del progreso, pero, en tanto conservador, suponía que los cambios debían estar contenidos en el orden. La sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en dos dimensiones, la de la Estática Social (análisis de sus condiciones de existencia; de su orden) y la de la Dinámica Social (análisis de su movimiento; de su progreso). Orden y Progreso se relacionan estrechamente. El primero es posible sobre la base del consenso, que asegura la solidaridad de los elementos del sistema. El segundo, a su vez, debe ser conducido de tal manera que asegure el mantenimiento de la solidaridad, pues de otro modo la sociedad se desintegraría.

Tal conocimiento permitiría a los gobernantes acelerar el progreso de la humanidad dentro del orden. La nueva política positiva sólo podría ser aplicada por una élite autoritaria; así, Comte habría de enviar su libro al zar Nicolás I de Rusia, "jefe de los conservadores de Europa", señalándole que sus teorías estaban básicamente pensadas para la autocracia. El mismo Comte se autoproclamó, hacia el final de sus días, como el papa de una nueva religión, la positiva.

En esta línea, la filosofía de Comte posee una clara intención de reforma social en el contexto de las consecuencias de la Revolución Francesa. Comte postula que la reforma no puede realizarse exitosamente sino precede una reforma teórica. Comte opone el ‘orden’ a la ‘revolución’ lo cual lo aproxima a los filósofos de la Restauración, pero se separa de ellos a buscar el orden en el ‘progreso’, no en la vuelta al pasado. 


En la teoría sociológica se discute el Positivismo sobre todo desde Comte, quien, de acuerdo con las necesidades técnicas y económicas de la antigua burguesía liberal y de los inicios de la sociedad industrial, quería desligar la Sociología como ciencia positiva, de la Metafísica filosófica y de la tradición místico-religiosa (ciencia negativa)

El Positivismo, desde entonces, renuncia a las grandes interpretaciones y a los intentos de valorar las estructuras sociales y los procesos evolutivos. Intenta más bien, bajo el principio de la neutralidad axiológica y basándose en los métodos de las ciencias de la naturaleza, comprender “objetivamente” el ser social en sus distintas dimensiones y variables.

El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas características de los primeros estados.

En conjunto, la ciencia positiva, puede describirse por proponer un nuevo modelo de racionalidad científica; mantenerse dentro del terreno de los ‘hechos’, entendiendo esto último no tanto los datos inmediatos de los sentidos sino las relaciones entre dichos datos, esto es las ‘leyes’ científicas. Las leyes dejan de ser ‘hechos’ para transformarse en ‘generalizaciones a cerca de los hechos; el agnosticismo, se desprecia la metafísica en tanto que considera incognoscible todo lo que se encuentra más allá de los hechos; la ciencia es la única guía para la humanidad y tomando los ideales de la ilustración, confía en el progreso indefinido; el valor de la ciencia se subordina a la función práctica del saber y es relativizado en su sentido histórico; y representa la ideología burguesa en tanto defiende el utilitarismo. 

Comte plantea algunos estadios que se pueden resumir en la siguiente tabla:

ESTADIO
DESARROLLO DE LA VIDAMATERIAL
UNIDAD SOCIAL
TIPO DE ORDEN
SENTIMIENTOS PREDOMINANTES
Teológico
Militar
Familia
Doméstico
Cariño
Metafísico
Legalista
Estado
Colectivo
Veneración
Positivo
Industrial
Especie (Humanidad)
Universal
Benevolencia